Razones por las que no debes compartir tus contraseñas

La lógica nos dicta que todo lo que creemos importante debe ser protegido con códigos, contraseñas o llaves digitales, que nos permitan controlar que tanto la información como nuestros datos no caigan en manos equivocadas. 

Sin embargo, algunas personas, ya sea por conveniencia o comodidad, han compartido con alguien más el acceso a sus tarjetas, cuentas bancarias, correos electrónicos y/o celulares, basándose en la confianza y el respeto que se tienen. 

Pero, ¿Acaso esto es correcto? ¿O efectivamente es un grave error? Para saberlo, quédate en este artículo y repasemos los detalles acerca de esta práctica.

Espacio personal vs. la confianza

Muchos aseguran que la base de todo se encuentra en la confianza, por ello vemos algunos casos de parejas compartiendo sus claves, alegando que, si no hay nada que temer, podrás liberar el acceso a tus cuentas, sin temer que sea vista por él/ella.

A pesar de esta situación, es preciso internalizar que siempre hay motivos para respetar el espacio personal o ese mundo al que nadie puede tener libre acceso. Esto no significa que, si no existen motivos para dudar, no debas afrontar el momento, siempre y cuando sea conversando y no jugar a los espías.

Es por ello, que los psicólogos expertos en relaciones sugieren que todos (parejas, amigos, familiares) deban mantener las contraseñas privadas. La razón es que, en el ámbito de las relaciones, es saludable tener una verdadera independencia; alegando también que el respeto por la privacidad, genera aún más confianza y cordialidad.

La comodidad puede ser contraproducente

Muchas veces por comodidad de no ir directamente a colocar la contraseña, por ejemplo, de Netflix, optas por compartirla con tus amigos y pareja, sin saber si ese acceso que das, pueden perderlo con o sin conocimiento, convirtiéndote en presa fácil para los ciberdelincuentes.

Recuerda que también las cuentas tienen información importante de ti, por lo que, además, si eres de los que repite contraseñas para no olvidarlas, podrás otorgar acceso a todas tus cuentas al mismo tiempo.

Así que olvídate de compartir tus llaves de seguridad, quizás confíes demasiado en la persona y realmente no pase nada, pero, en un caso más extremo, es posible que tus cuentas sean mal manejadas, te quiten el acceso o peor aún pierdas dinero sobre todo si se trata de tarjetas y cuentas bancarias.

Compartir las contraseñas de manera segura

Si no tienes más opción que compartir con amigos una clave de acceso, podrías emplear métodos alternativos como por ejemplo al compartir un documento de trabajo, puedes hacerlo en línea a través de un enlace, o protegiéndolo con una contraseña.  

Por otra parte, si realmente debes compartir una contraseña, emplea algún método seguro, como los gestores de contraseñas, que generan una nueva contraseña, cada cierto tiempo, por lo que, si esta ha sido comprometida, se cambiará de inmediato, garantizando la máxima seguridad.

O si debes hacerlo mediante servicios de mensajerías, procura que el cifrado de extremo a extremo esté activo y, además, emplea los mensajes temporales para que no queden rastros de las contraseñas en las conversaciones. 

Por último, recomendamos siempre cambiar las contraseñas cada cierto tiempo, principalmente si las compartes. Así minimizas las probabilidades de usos indebidos y robos.

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